Thursday, July 31, 2008

Jimmy Corrigan, the smartest kid on Earth


El mundo del comic está lleno de perdedores en los papeles estelares. En Charlie Brown y Harvey Pekar, sí, pero también Peter Parker y Clark Kent, la onda, el coolness, no son características en lo absoluto reconocibles. Jimmy Corrigan encaja perfectamente en este grupo. Es más, podría ser el líder del grupo.

Abandonado por su padre, sobreprotegido por su madre, Jimmy es un ser humano roto, derrotado, incapaz, casi, de articular una frase completa sin trabarse. Su vida, a los 36 años, se reduce a ir de casa a la oficina, y luego regresar a casa a sentarse a ver pasar el tiempo por la ventana, a hablar con su madre, y a no hablar con Peggy, la recepcionista en la oficina, de quien está enamorado.

Un día recibe una carta y un pasaje de avión. Su padre, después de 30 años, le pide que vaya a visitarlo. Jimmy, tras dudar un poco, decide hacerlo.

De eso trata “Jimmy Corrigan, el niño más listo del mundo”, el comic de Chris Ware. Como en muchas obras narrativas modernas, la anécdota es mínima. Lo importante es el detalle, y la manera de contarla. Porque “Jimmy Corrigan” es, en muchos sentidos, un comic poco convencional. La disposición de los paneles se aleja del estándar de 6 por página, y obedece más bien al ritmo de la historia: un silencio incómodo puede llegar a ocupar media página, mientras que una secuencia en la que Jimmy duda sobre lo que tiene que decir, o hacer, está dibujada en una serie de paneles pequeños, como rápidos pensamientos. Hay, además, cortes en la narración, para incluir páginas recortables que sirven, en realidad, como aceleradores de la historia, como recursos alternos para contar la historia.

Pero los recursos narrativos de la obra no se limitan a los gráficos. La historia es contada con una serie de registros (la simple exposición de los hechos, la rimbombante escritura de la propaganda turística, la sutil lírica de los recuerdos) y recursos (el flujo de conciencia, la historia dentro de la historia, el surrealismo onírico, el simbolismo) que hacen que muchos de los más celebrados escritores de novelas “de verdad” se vean como simples one trick ponies

“Jimmy Corrigan” es una historia triste, hermosa y cierta sobre como las experiencias de los padres forjan, directa o indirectamente, el carácter de los hijos; sobre la soledad física y emocional; sobre el racismo explícito (e implícito) en los EEUU; sobre la oprimente atmósfera del Mid-West; sobre las oportunidades perdidas.

No sé que es lo que Chris Ware hará después de esto. Sólo sé que quiero leerlo.


Thursday, July 24, 2008

Los Fuckin Sombreros : Sha la la

Hay personas (el ex -novio de tu enamorada, la persona que contrataron para el puesto al que esperabas ascender, un crítico literario pedante, Gene Simmons) que, sobre el papel, no te deberían caer, que incluso deberías poder odiar, y que sin embargo, por mucho que te esfuerzas, no dejan de parecerte simpáticas, incluso llegan a caerte bien, sin atenuantes.

Algo parecido me pasa con el tercer disco de Los Fuckin Sombreros. Cada vez que me pongo los audífonos estoy preparado para decepcionarme, para encontrarlo sonso, vacío, inútil. Y cada vez el disco se encarga de demostrarme lo contrario, de ponerme en vereda, de desahuevarme. Y me alegro de que sea así.


Cuando compré el disco (y dejaré mi propósito original de hacer una crónica en la cual mi educación sentimental entre los 17 y los 20 años se veía alineada con el discurrir de LFS como banda activa), lo hice por pura fidelidad, por el cariño que le había agarrado a la banda. Pero varios prejuicios consiguieron que no lo escuchara. No hice hasta poco antes del concierto de despedida, para familiarizarme con las canciones. Y no lo volví a hacer hasta que se me dio por escribir estas reseñas, con la esperanza de encontrar que tenía razón, que era una bosta, y quedarme tranquilo.


Prejuicios:


1. La decepción que había tenido con Tornasol.
2. El disco fue grabado en vivo. Siempre me ha parecido un recurso que usan las bandas que sienten que no pueden transmitir en disco lo que hacen en vivo.
3. Fue catalogado como el “disco más rockero de LFS”. Normalmente en Perú eso quiere decir distorsión a lo bruto.
4. Habían empezado a componer canciones en inglés. Desde entonces he superado este prejuicio, pero en ese momento era uno de los motivos más fuertes que podía tener para bajar a un grupo hispanohablante de mi pirámide personal (TM Agustín Acevedo Kanopa).


No tenía razón. Es un buen disco. No llega a ser tan bueno como el primero, pero está a años luz del segundo.


En un perfecto movimiento pendular, el que brilla especialmente en este disco es François. Mantiene un nivel altísimo en todas sus canciones, y sólo resbala un poco en las estrofas de “Sha La La”. Y aún creo que esto es a propósito.


El tema del disco, el que le da mi neurótica cabeza, está presentado impecablemente en esa canción: la idiotez de la vida bohemia, la melancolía que genera, y el escape de la misma a través de la música. Y lo mejor es que consiguen dejar esto en claro con uno de los recursos más antiguos del rock: los shalalas. Pero lo que en los grupos sesenteros era sinónimo de fiesta, de buen rollo, en esta canción es melancolía pura, casi el spleen en sonido.


Por otro lado, François sigue siendo François. Sigue hablando de su gran obsesión (Always on my mind, Vivimos en tiempos extraños), sigue sonando inglés (Lyin, Corina), sigue cantando como si la vida le fuera en ello (Predicador). Sólo que lo hace mejor.


Only because you sold your song
to music halls, to king of spades, to outer space
And it´s always on my mind
Always on my mind


Corina quiere jugar
por eso llama al 911 y pide gas
A donde quiere llegar
si ya no quedan más números que digitar
Corina


Y ahora todo sigue igual
y nada nunca cambiará
vendimos la revolución
por un espacio en el mostrador
Vivimos en tiempos extraños


Lo bueno es que Pipe mejora considerablemente desde el disco anterior. Suyo es el shalala del que hablábamos antes. Suyos son, también, los solos de guitarra, especialmente buenos en el disco. Y aunque escribe algún tema olvidable (Fuckin Twist), escribe también canciones realmente lindas (Tarde o Temprano).


Y apaguen la tele
y prendan otro más
no hay nada mejor que escapar
Sha la la


Ha pasado tanto tiempo, creo no reconocer
y lo que antes era eterno ahora parece caer
Tarde o Temprano


Por 40 días tuve que andar
buscando un lugar donde aterrizar
y ya no sé regresar
40 días


Los Fuckin Sombreros eran un grupo de hombres maduros hablando de temas maduros. En ese sentido, el motivo de su separación (la marcha de François a Inglaterra para seguir con estudios de post-grado) es comprensible, incluso esperable. Lo bueno es que antes de irse nos dejaron estas canciones.